Palmera dioica originaria de África, presente desde África subsahariana hasta África del sur, el epíteto aethiopum, de Etiopía, es de hecho habitual para referirse a plantas de distribución africana, pues era el término que los antiguos griegos y romanos utilizaban para todo el África al sur de Libia y Egipto.

Esta palmera de robusto tronco y gran envergadura que supera los 25 metros, es la típica de la sabana africana. Cuando son jóvenes crecen despacio, pero ya son muy atractivas para uso ornamental por su porte, la base de las hojas casi negra y los gruesos pinchos negros en los peciolos. Sus hojas y madera han sido usadas por el ser humano, quien también puede consumir su fruto fibroso similar a un coco que según parece adoran también los elefantes.